jueves, 5 de febrero de 2009

LA MONTAÑETA

El Gobierno de Canarias declara Bien de Interés Cultural la zona arqueológica de La Montañeta y los grabados rupestres del Cardón

Ubicados en los municipios grancanarios de Moya y Santa Lucía de Tirajana, destacan por las manifestaciones rupestres que se integran en un conjunto formado por un grupo de seis cuevas naturales y artificiales
El Ejecutivo canario, reunido en Consejo de Gobierno, ha aprobado los decretos por el que la zona arqueológica de La Montañeta localizada en el municipio grancanario de Moya; y los grabados rupestres del Cardón, en Santa Lucía de Tirajana, contarán con la etiqueta de Bien de Interés Cultural, sumándose al catálogo de protección y conservación del Patrimonio Histórico de Canarias.

Los notorios valores arqueológicos de estos conjuntos conllevan que la delimitación como Bien de Interés Cultural responda a la definición de un área que garantice la efectiva protección de estas manifestaciones rupestres, así como las evidencias arqueológicas que se documentan en su entorno inmediato y que contribuyen a dotarlo de un sentido histórico y patrimonial unitario. La directa asociación entre las representaciones rupestres y el conjunto de cuevas naturales y artificiales no sólo constituye un elemento de singularidad, sino que también puede valorarse como un indicio significativo de los evidentes vínculos entre las diversas manifestaciones culturales que conforman esta zona arqueológica.

Yacimiento de La Montañeta de Moya

Ocupa fundamentalmente la cara sur de la montaña del mismo nombre. Se trata de un conjunto de cuevas naturales y artificiales de diferente tipología y funcionalidad (graneros, almogaren, viviendas, tagoror y cuevas funerarias) que conforman, sin duda, el poblado prehistórico de mayor entidad del municipio de Moya, estudiado desde los años 40, época en la que D. Sebastián Jiménez Sánchez realiza intervenciones arqueológicas en la zona.
A parte de la gran cantidad de restos inmuebles, de este yacimiento se han recuperado diversos restos arqueológicos, principalmente cerámicas de decoración y tipologías variadas, industrias líticas talladas y pulimentadas, restos de madera y piel, ídolos, malacofauna y fauna terrestre. Destaca la denominada Cueva Santuario, que es quizás la más importante del complejo. En su interior aparecen alrededor de 18 cazoletas comunicadas por canales y que han sido interpretadas como estructuras para la realización de ritos o cultos relacionados con el derramamiento de líquidos.


Cerca de este recinto se encuentra el Tagoror, cueva de difícil acceso y en la que se cita la existencia de un asiento en su interior labrado en la roca.

La delimitación de La Montañeta, responde también al destacado valor patrimonial asignado a las manifestaciones rupestres prehispánicas y a la necesidad de conservarlas en un contexto arqueológico que permita su consideración y explicación como expresión social. A ello ha de añadirse que la fragilidad de este tipo de manifestaciones implica el establecimiento de una zona de seguridad que, además de propiciar la percepción de un conjunto difícilmente segregable, minimice cualquier riesgo que pueda poner en peligro tanto el soporte rocoso, como las representaciones rupestres que allí se encuentran.

Por estas mismas razones se establece, en atención a lo dispuesto en el artículo 26 de la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias un entorno de protección para prevenir, evitar o reducir el impacto negativo de obras o cualquier actividad en su contemplación, estudio o apreciación de sus valores. A tal efecto, se ha estimado que no sólo acoja parte de la ladera que sirve de unidad de acogida al yacimiento, sino que se conciten los valores naturales y culturales que permitan la precisa valoración y explicación patrimonial de esta zona arqueológica.

Grabados rupestres del Cardón

Esta zona arqueológica con manifestaciones rupestres se ubica en la margen izquierda del Barranco del Inciensal o Barranco del Cardón en las proximidades del lugar conocido como Lomo de Las Casillas, en el término municipal de Santa Lucía de Tirajana. La estación de grabados rupestres para la que se propone su delimitación se ubica a unos 350 metros sobre el nivel del mar y a unos 10 metros sobre el cauce del mencionado barranco, localizándose sobre una colada lávica perteneciente a la fase de reactivación volcánica de Gran Canaria.

Las manifestaciones rupestres se integran en un conjunto formado por un grupo de seis cuevas naturales y artificiales que, a juzgar por las evidencias presentes en superficie, corresponden a cavidades de filiación prehispánica que han sido reutilizadas luego para el encierro de ganado. En las proximidades de la cueva de posición más occidental del conjunto, y sobre diversos afloramientos verticales de basalto se identifican varios paneles de grabados rupestres que mayoritariamente, y desde el punto de vista técnico e iconográfico, pueden considerarse de factura prehispánica.

Los elementos representados en los tres últimos paneles son los que muestran una mayor afinidad con todas aquellas representaciones a las que en la literatura científica se atribuye una cronología prehispánica. Tanto las figuraciones humanas, como las inscripciones alfabéticas libico-bereberes o el motivo pectiniforme se documentan en otras estaciones de grabados rupestres prehispánicos de Gran Canaria, entre las que, sin duda, hay que destacar las de Los Letreros de Balos.

En el exterior del conjunto principal de cuevas, situado en la mitad occidental del conjunto, se sitúa un muro de piedra seca de un metro y medio de alzado aproximadamente y que es muy probable responda al acondicionamiento de este enclave para el encierro de ganado. En superficie se observan diferentes evidencias arqueológicas, destacando por su abundancia los restos de industria lítica.

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